Friday, November 25, 2005

¡Viernes, gracias a Dios es viernes!


Esta frase es común escucharla en los jovenzazos que esperan con ansias locas la llegada del viernes, peroooooo (me vi como el Mitzuco): Acá en el rancho de Monterrey, los jóvenes empiezan la semana con el BAR-tes, luego el BEBIER-coles, les sigue el jue-BEBES, y emparejarse con el BEBIER-nes, sacarse la espina con el saba-DRINK y descansar con el CRUDO-mingo.

Así es todos los días, mas sin embargo el día de más dolores de cabeza para algunos padres y hermanos, es el viernes. Todo empieza con las llamadas telefónicas, a celular o particulares, donde se invita a los amigos y amigas a verse en algún antro de moda o aunque no este de moda, el asunto es reunirse a tomarse unos tragos, y estas reuniones muchas veces terminan bien, pero en algunos casos terminan enlutando un hogar.

Nuestras autoridades regiomontanas, han tratado infinidad de veces de establecer leyes que traten de implantar un horario de cierre de bares y cantinas o tugurios o antros donde se venda bebidas alcohólicas, sin embargo al parecer no ha funcionado.

Lo más triste de todo esto, es la cantidad de jóvenes que cada semana sufren un accidente por motivos del alcohol, y mucho mas lamentables es que pierdan la vida por un solo día de disfrute, que realmente no supieron detenerse a tiempo.

Yo como joven que fui, también me gusto andar de roll con los amigos en los bares, sin embargo, al no gustarme mucho la “manejada”, siempre me dispuse a andar en taxi, mas no por eso deje de pasar sustos cuando me dirigía a mi hogar, ya fuera por un desbocado conductor con altos grados de alcohol en su cabecita loca o ya fuera por los mismo taxistas que también andaba con sus copas, dizque para relajarse un poco. En fin.

Es triste ver al día siguiente en los noticiarios o diarios de la ciudad, las espantosas escenas de autos “chocados” de jóvenes atrapados en sus vehículos o en muchos de los casos, de “niñas” que van saliendo o tiradas en las banquetas fuera de los antros, ahogadas en el alcohol.

Ojala y que esta temporada que se avecina, tengamos un poco más de precaución, y tomemos con responsabilidad, sabiendo que alguien siempre nos espera a nosotros y a los que no han bebido nada también.

Pa los sobriníos El Tío Laureano

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